“Alégrate”
Así me dijo el ángel del Señor,
y el gozo del Espíritu
inundó mi ser

“Llena de gracia”
Es el nuevo nombre
que Dios Padre me regaló
Expresa la fuerza de su mirar,
su amor eterno y desbordante,
su obra de salvación

“El Señor está contigo”
Es el aviso para la misión
que me confiaba.
Ser madre-virgen.
El estaría siempre en mí.
Juntos andaríamos el camino
de la Nueva Humanidad.

“Bendita tú entre todas las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre”
Estas palabras de Isabel sonaron en mí
como buena noticia.
Estaba llegando el tiempo nuevo,
el nuevo amanecer de la salvación.
 
“Feliz la que ha creído
que se cumplirán las cosas
que le fueron dichas
de parte de Señor”
Él me invadía totalmente,
sentía ya los latidos del amor
en mi fe de peregrina.
Mi Hijo se iba agrandando
en mis entrañas.
Esperaba gozosa su nacimiento.
 
“Una espada te atravesará el alma”
Así me habló el anciano Simeón.
Estas palabras de dolor
tocaron mi ser con tanta fuerza
que permanecí esperando
a que se hicieran realidad

¿Por qué me buscabais?
Nuestro Hijo fue creciendo.
Se perdió, su padre y yo
lo buscamos angustiados.
Un día se marchó a los caminos.
Tenía pasión por anunciar el Reino.
 
Mujer, déjame, todavía
no ha llegado mi hora
Estábamos en Caná.
Había llegado la hora de indicarles
que el Vino nuevo de la vida era mi Hijo.
Que creyeran en su Palabra.
Que  se pusieran en sus manos

¡Ahí tienes a tu Hijo!
Llegó la hora de estar de pie ante el dolor
y los gritos de los seres humanos.
Llegó la hora de  ser madre universal,
madre de todos.
La hora de esperar en silencio,
la Palabra del Padre sobre mi Hijo.

¡Resucitó!
Mi Dios resucitó a mi Hijo.
Triunfó la vida.
¡Qué alegría!
¡Qué ganas de compartir
con los amigos de Jesús!
 
Todos ellos perseveraban
unánimes en la oración,
junto con algunas mujeres
y María, la madre de Jesús,
y con sus hermanos”
 
La hora del Espíritu, la hora de la Iglesia
está grabada en mi corazón de Madre.
Llevo en mis entrañas maternales
los gozos y los dolores de la humanidad
que espera anhelante la paz
y la fraternidad universal.